Riesgos de la transmisión por aerosoles

Riesgos de la transmisión por aerosoles en la clínica dental y médica

7.680 respiraciones al día: ¿está protegido contra salpicaduras, polvo y bioaerosoles?

En una jornada de trabajo de ocho horas, el promedio de respiraciones es de 7680. ¿Está protegido contra el riesgo de inhalación de bioaerosoles mientras realiza actividades relacionadas con el cuidado del paciente y el control de las infecciones?

Esta pregunta inicia un artículo publicado por Leann Keefer en RDH Magazine, importante revista en línea dedicada a los profesionales de la higiene dental. Se trata de una pregunta más que legítima, sobre todo en este momento de emergencia mundial, cuya respuesta pone de relieve, por un lado, los riesgos invisibles asociados al ejercicio de la profesión odontológica y, por otro, la importancia de la elección y el uso correcto de los EPI en la clínica dental, en particular de las mascarillas.

Bioaerosoles y COVID-19: la transmisión del virus

La COVID-19 es una enfermedad respiratoria infecciosa causada por el virus denominado SARS-CoV-2, perteneciente a la familia de los coronavirus. Su propagación en el campo de la odontología se produce principalmente a través de las gotitas o gotículas respiratorias: secreciones salivales emitidas por una persona infectada al toser o estornudar, o incluso simplemente al hablar, que son inhaladas por una segunda persona que se encuentra cerca.

Las gotículas pueden llegar a una distancia de hasta dos metros, permanecen suspendidas en el aire durante un corto período de tiempo y son capaces de resistir incluso sobre las superficies, con una duración variable en función de la porosidad del material.

Los procedimientos médicos futuros se verán fuertemente condicionados por la actual epidemia e implicarán un mayor uso de batas, cubrezapatos, gorros, visores y especialmente mascarillas quirúrgicas y mascarillas filtrantes, como las FFP2. Por eso es importante conocer los riesgos y tipos de mascarillas quirúrgicas que hay en el mercado.

Transmisión por microgotas: una amenaza invisible

El promedio de 7680 respiraciones por jornada de trabajo es una cifra que muestra inmediatamente cuán alta es la exposición y la probabilidad de contaminación para los dentistas y trabajadores que están expuestos a un contacto estrecho con los pacientes a diario y durante gran parte de su vida laboral. No hay que olvidar que el instrumental utilizado en odontología (eliminadores de sarro, ultrasonidos, fundas) puede liberar partículas en el ambiente, formando lo que se denomina «bioaerosoles», un conjunto de partículas invisibles suspendidas en el aire que puede transportar virus, bacterias y esporas.

Como recuerda Leann Keefer en su artículo: «La composición de los bioaerosoles es heterogénea: pueden contener sangre, microorganismos, células mucosas, materiales de reconstrucción, partículas de dientes y grandes cantidades de saliva. […] los aerosoles en el entorno odontológico pueden desplazarse hasta 1,2 metros del área de trabajo y permanecer suspendidos hasta treinta minutos, exponiendo al equipo odontológico al riesgo de transmisión de la infección».

Además de la inhalación, los modos de transmisión pueden ser múltiples (contacto, inoculación, ingestión) y atañer incluso a partículas muy pequeñas que, en el caso de la transmisión por aerosoles, son transportadas por las corrientes de aire incluso a grandes distancias. De hecho, en este caso se habla de transmisión por microgotas infectadas que, dispersas en el ambiente, pueden entrar en contacto con los ojos, la nariz y la boca.

La clínica médica y la contaminación en interiores: los bioaerosoles están en todas partes

Aunque el artículo de Leann Keefer no menciona explícitamente el concepto de «contaminación en interiores», es decir, los factores de contaminación en los lugares cerrados, continúa identificando también el agua distribuida por el circuito de agua de los sillones como una posible amenaza.

Cualquier cambio de agua, o los aerosoles generados por los equipos, es una fuente potencial de exposición a microorganismos oportunistas presentes en el agua, como Legionella, Pseudomonas y Mycobacterium, que pueden sobrevivir y proliferar en las intrincadas tuberías de los sillones odontológicos.

De hecho, no hay que olvidar que la clínica es un entorno confinado que utiliza aire acondicionado y agua, que son fuentes adicionales de contaminación y propagación de aerosoles. 

 Está ampliamente documentado que el modo más probable de transmisión de la enfermedad en odontología es a través de la inhalación de aerosoles o salpicaduras bacterianas. El 95 % de los aerosoles en odontología tiene un diámetro de 5,0 µm o menos y no es visible. Entre los microorganismos aislados procedentes de estas partículas se encuentran los estafilococos, los neumococos, los bacilos de Koch, los virus de la gripe y la hepatitis, los rinovirus y los virus del herpes.

¿Cómo protegerse de la inhalación de aerosoles?

Para prevenir y hacer frente a la contaminación por aerosoles y a la propagación del coronavirus en la clínica dental, un aspecto crucial es el uso de productos barrera tanto para el paciente como para los trabajadores implicados.

Lea el artículo «Cómo protegerse de la inhalación de aerosoles» y descubra las diferencias entre las mascarillas quirúrgicas y las mascarillas filtrantes así como su uso de acuerdo con el procedimiento dental a realizar (procedimientos que no generan aerosoles frente a procedimientos que generan aerosoles).

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