¿Cómo gestionar y eliminar los residuos en las clínicas dentales?
Higiene y seguridad.
La actividad del odontólogo y el médico está expuesta a múltiples formas de riesgo laboral, entre las cuales, el riesgo biológico es el que presenta mayor relevancia. Una correcta gestión del residuo contaminado es de crucial importancia para reducir los riesgos de infección para el personal médico, trabajadores y pacientes.
Todas las instalaciones sanitarias, tanto públicas como privadas, están obligadas a cumplir con un método de eliminación especial de los llamados residuos especiales, respetando las normas vigentes en materia de higiene y seguridad.Tanto las consultas médicas y ambulatorias, como las consultas dentales están sujetas a esta obligación sanitaria.
En el ámbito europeo, existe un Catálogo Europeo de Residuos (CER), es decir, un sistema de codificación de los residuos en base a la composición y al proceso de procedencia. Sin embargo, las normas para la eliminación varían entre los diferentes países, tanto en la UE como en países no comunitarios. Las diferentes normas vigentes en cada país europeo (por ejemplo, …) establecen, aunque con diferentes modalidades y obligaciones, que dichos residuos (que entrañen riesgo de infección) se conviertan en inertes para después incinerarlos en plantas especiales debidamente autorizadas.
¿Cuáles son los residuos especiales?
La clasificación de los residuos de acuerdo con el CER diferencia distintos tipos de residuos en función de su composición y procedencia. Los residuos generados en una clínica dental pertenecen principalmente al tipo de residuos peligrosos con riesgo de infección (gasas, toallas, batas, cánulas, eyectores de saliva, mascarillas, película barrera, servilletas, protector de sillón, …).
Los residuos especiales están sujetos a un proceso de eliminación individual y controlado ya que pueden representar un reservorio potencial de infección y contagio. Los residuos odontológicos considerados peligrosos pueden permanecer en la consulta hasta la retirada y eliminación por parte de la empresa autorizada, y siempre se mantendrán lejos tanto de los profesionales sanitarios de la consulta como de los pacientes y de sujetos externos.
El peligro más inmediato vinculado a los residuos especiales peligrosos es el de contraer enfermedades infecciosas, como la tuberculosis o el SIDA.
¿Cuáles son los pasos clave para la correcta gestión y eliminación de los residuos especiales?
Aunque con diferencias entre los distintos países, existen pasos comunes que se deben seguir para la gestión correcta de los residuos médicos.
En primer lugar, en el momento de la apertura e inicio de la actividad de una clínica dental, el odontólogo está obligado por ley a celebrar un contrato con una empresa autorizada para la eliminación de residuos especiales.
Durante las visitas y las consultas dentales, todo el material orgánico, y/o que haya entrado en contacto con líquidos orgánicos potencialmente infectados, se deberá recoger en contenedores adecuados, que por lo general suministrará la empresa de eliminación de residuos, y mantenerlos separados de los residuos clásicos.
Hasta el servicio de retirada por parte de la empresa autorizada, los residuos especiales se mantendrán temporalmente en los depósitos de la consulta.
Todas las operaciones relativas a la eliminación de residuos especiales de una consulta dental se deben registrar estrictamente, para luego archivarlas y comunicarlas periódicamente.
La responsabilidad asociada a la gestión de los residuos especiales es del director sanitario de la consulta dental hasta el momento de la entrega a la empresa especializada.
Tras retirar los contenedores de recogida de residuos especiales, la empresa autorizada procederá a su eliminación definitiva normalmente mediante un tratamiento de termodestrucción en instalaciones de incineración.
La alta temperatura que se alcanza hace que cada potencial microorganismo patógeno presente, esporas, agentes virales o bacterianos y materiales inertes perjudiciales, se destruyan completamente por el efecto del calor.
En conclusión, conviene recordar que la gestión correcta de los residuos especiales (y del riesgo biológico correspondiente) solo es posible con un profundo conocimiento del tema, los procedimientos y las tareas previstas. El respeto de los protocolos operativos permite trabajar de manera organizada y eficiente, garantizando a los pacientes y a los trabajadores un entorno seguro y una atención sanitaria controlada y profesional.